Por: Ernesto Pérez Vera
En novi
embre de este año, concretamente el día 8, publiqué, en mi blog, un artículo sobre enfrentamientos armados producidos en los Estados Unidos de América. El artículo arrojaba datos relativos a los enfrentamientos armados producidos, en 2007, y en los cuales cincuenta y siete (57) agentes policiales fueron asesinados.
En aquella ocasión, se pudieron conocer datos relativos al tipo de armas empleadas, contra los agentes, en los tiroteos, los calibres más usados, las distancias de enfrentamiento e incluso el número de agentes que, pese a portar un chaleco antibalas, fueron abatidos por disparos.
Hoy, justo antes de acabar el año, y a la espera de que el Departamento de Justicia Norteamericano, a través del FBI, haga público los datos relativos al año 2009, vamos a conocer las cifras del año 2008, y tras ello, seguro que llegamos a alguna conclusión de interés. ¡Ah! se me olvidaba, a los que crean que esos datos, por venir de la otra parte del “charco”, carecen de interés o valor comparativo con España, les diré que, primero, ojalá tuviera datos relativos a nuestro país, pero no existen estudios. Segundo. Que en USA existan más armas “en la calle” no significa que los que las usan, contra la policía, las utilizan de otro modo, al revés, el uso es el mismo, este es, para matar, o al menos para intentarlo.
Un tipo acorralado con un arma en la mano, sea aquí o sea en Pekín, si ha resuelto en su
mente no dejarse detener, usará el arma, sea un experto en su empleo o no lo sea. Y del mismo modo, hay que decir que el Policía, cuando se ve atacado, se llame Manolo o se llame Brian, va actuar acorde a su formación, capacidad del momento y demás circunstancias. Ni todos aquí somos impreparados, ni todos allí son superpolis. El miedo no conoce de pasaportes.
Durante el año 2008, en U.S.A., fallecieron en el ejercicio de sus funciones, como consecuencias de ataques deliberados de personas mal nacidas, un total de cuarenta y un (41) agentes de policía. En esa cifra se encuentran agentes policiales de todo tipo de organizaciones, tanto locales como estatales y federales. De los cuarenta y un (41) funcionarios asesinados, cuatro (4) eran agentes femeninos. La media de edad, de los “caídos”, era de 39 años y la media de antigüedad, en sus respectivas organizaciones policiales, era de 10 años de servicio.

La mayoría de los agentes que murieron, lo hicieron como consecuencia del ataque recibido mientras practicaban una detención sobre sujetos que estaban robando; durante la identificación de conductores u ocupantes de vehículos; mientras seguían o investigaban a sospechosos y durante la búsqueda de delincuentes atrincherados u ocultos en lugares cerrados. En mucha menor proporción cayeron agentes durante el traslado de presos.
La mitad de los Policías fallecidos se encontraban solos durantes sus funestos ataques. La mayoría de ellos trabajaban uniformadamente (27 agentes), otros tantos de paisano, y tres (3) agentes se hallaban francos de servicio, pero como consecuencia de detectar acciones delictivas, cumplieron con su obligación legal y ética de actuar. Estos últimos, si cabe, merecen un especial respeto de todos nosotros, incluso admiración. Aunque en España sea casi impensable, existen personas que hacen de la Policía, un estilo de vida, incluso de muerte.
Con respecto a las armas, lamentablemente, cuatro (4) agentes fueron asesinados con sus propias armas (un revólver del calibre .38 Spl, y tres pistolas del calibre .40SW). A la mayoría de agentes asesinados no les dio tiempo de usar sus armas, solo once (11) agentes pudieron responder a sus atacantes antes de fallecer. Otros cuatro (4) agentes lo intentaron, el resto, no “tocaron” sus armas. La mitad de los fallecidos fueron atacados con armas de fuego a muy corta distancia, a no más dos (2) metros. Algunos -pocos- fallecieron como consecuencia de las lesiones producidas por el atropello, deliberado, de delincuentes a los que trataban de identificar.
El chaleco antibalas estaba presente en la mayor parte de los casos que estamos conociend
o. Un total de treinta y ocho (38) agentes portaban chalecos de protección balística, y de ellos, veinte nueve (29) fueron asesinados con armas de fuego. A veinte (20) agentes NO les pudo ayudar su chaleco antibalas, pues recibieron disparos en diversas zonas de la cabeza, incluyendo el cuello. Otros nueve (9) fueron impactados en diversas zonas del cuerpo, como torso alto, espalda alta o estómago, o sea, zonas no protegidas por los chalecos “normales” de uso interior.
Solo en un caso, un proyectil atravesó la protección balística y esto fue por la evidente capacidad perforante de la munición empleada. Más abajo se podrá ver que en algunos casos se usaron armas largas de guerra, cuya munición, como norma general, no es detenida por el chaleco “medio” de uso policial. En ocho (8) casos, los proyectiles entraron por “huecos” producidos entre el cuerpo del agente y su chaleco, por ejemplo, los hombros o las clavículas. Por los paneles de velcro lateral, que “cierran” la protección, también parece que se “coló” un proyectil.
El arma corta de fuego fue la principal arma empleada contra los funcionarios policiales, siendo los calibres más usados: .38 Special, .40 SW, 9 m/m Parabellum y 9 m/m Corto. En solo 8 casos se usaron armas largas para asesinar a los agentes, siendo los calibres empleados, los que siguen: 5,56 x 45 m/m, .44 Magnum, 5,45 x 39 m/m y cartuchos de caza de los calibres 12 y calibre 20, estos dos últimos en escopeta.
Sobre los presuntos asesinos se sabe que, 32 años de edad, tenían de media y que treinta y seis (36) de ellos tenían a
ntecedentes policiales por delitos graves, alguno de ellos incluso por homicidio. Tan solo dos de los asesinos estaban, claramente, influenciados por la ingesta de alcohol o drogas y otros dos eran enajenados mentales. Casi la totalidad de los criminales eran varones, solo dos de ellos eran mujeres.
Ahora, un dato atemporal. Entre el año 1997 y 2006, un total de ciento sesenta y cuatro (164) delincuentes que habían asesinado a Policías, fueron también abatidos. De esa cifra, veinte y nueve (29) fueron alcanzados por los disparos de los propios agentes asesinados, vamos, lo que podríamos definir como puro tiroteo o intercambio de disparos. Otros setenta (70) criminales cayeron por disparos de agentes que acudieron, como apoyo, al lugar donde otro agente había sido abatido. Acabaron suicidándose un total de cincuenta y siete (57) de esos delincuentes, y bajo otras circunstancias, otros ocho (8) perdieron la vida, por ejemplo en accidentes de tráfico durante la huida, con persecución, desde el lugar del asesinato.
Como conclusión final, podemos decir lo de siempre, -lo se, me repito, pero seguro que algún día merecerá la pena- Los enfrentamientos armados casi siempre sorprenden a los agentes, prueba de ello es la, casi constante, distancia de encuentro a dos metros o menos. Otro dato, casi siempre presente en los análisis y estudios, sobre enfrentamientos, es que muchos de los agentes protagonistas no llegan ni a “tocar” su arma, ¿el motivo?...piénsenlo ustedes, seguro que llagan a una acertada conclusión.
Como ya pasó en 2007, con los datos obtenido del LEOKA del FBI, llevar chaleco antibalas NO garantiza sobrevivir a los disparos. En unos casos, los mortales impactos alcanzaron zonas del cuerpo que no están protegidas, y en otros casos, los menos, los chalecos no detienen los proyectiles. Esto último, ocurrirá, casi siempre que el chaleco sea alcanzado por disparos de armas largas rayas recamarazas para cartuchos típicos de armas largas, en el caso que aquí hemos visto, un calibre 5,56x45 m/m OTAN o un 5,45x39 m/m de origen ruso. Existen chalecos que detienen estos y otros proyectiles más potentes, pero no son de uso policial de diario, menos aún de modo interior -bajo el uniforme-■
En novi
En aquella ocasión, se pudieron conocer datos relativos al tipo de armas empleadas, contra los agentes, en los tiroteos, los calibres más usados, las distancias de enfrentamiento e incluso el número de agentes que, pese a portar un chaleco antibalas, fueron abatidos por disparos.
Hoy, justo antes de acabar el año, y a la espera de que el Departamento de Justicia Norteamericano, a través del FBI, haga público los datos relativos al año 2009, vamos a conocer las cifras del año 2008, y tras ello, seguro que llegamos a alguna conclusión de interés. ¡Ah! se me olvidaba, a los que crean que esos datos, por venir de la otra parte del “charco”, carecen de interés o valor comparativo con España, les diré que, primero, ojalá tuviera datos relativos a nuestro país, pero no existen estudios. Segundo. Que en USA existan más armas “en la calle” no significa que los que las usan, contra la policía, las utilizan de otro modo, al revés, el uso es el mismo, este es, para matar, o al menos para intentarlo.
Un tipo acorralado con un arma en la mano, sea aquí o sea en Pekín, si ha resuelto en su

Durante el año 2008, en U.S.A., fallecieron en el ejercicio de sus funciones, como consecuencias de ataques deliberados de personas mal nacidas, un total de cuarenta y un (41) agentes de policía. En esa cifra se encuentran agentes policiales de todo tipo de organizaciones, tanto locales como estatales y federales. De los cuarenta y un (41) funcionarios asesinados, cuatro (4) eran agentes femeninos. La media de edad, de los “caídos”, era de 39 años y la media de antigüedad, en sus respectivas organizaciones policiales, era de 10 años de servicio.

La mayoría de los agentes que murieron, lo hicieron como consecuencia del ataque recibido mientras practicaban una detención sobre sujetos que estaban robando; durante la identificación de conductores u ocupantes de vehículos; mientras seguían o investigaban a sospechosos y durante la búsqueda de delincuentes atrincherados u ocultos en lugares cerrados. En mucha menor proporción cayeron agentes durante el traslado de presos.
La mitad de los Policías fallecidos se encontraban solos durantes sus funestos ataques. La mayoría de ellos trabajaban uniformadamente (27 agentes), otros tantos de paisano, y tres (3) agentes se hallaban francos de servicio, pero como consecuencia de detectar acciones delictivas, cumplieron con su obligación legal y ética de actuar. Estos últimos, si cabe, merecen un especial respeto de todos nosotros, incluso admiración. Aunque en España sea casi impensable, existen personas que hacen de la Policía, un estilo de vida, incluso de muerte.
Con respecto a las armas, lamentablemente, cuatro (4) agentes fueron asesinados con sus propias armas (un revólver del calibre .38 Spl, y tres pistolas del calibre .40SW). A la mayoría de agentes asesinados no les dio tiempo de usar sus armas, solo once (11) agentes pudieron responder a sus atacantes antes de fallecer. Otros cuatro (4) agentes lo intentaron, el resto, no “tocaron” sus armas. La mitad de los fallecidos fueron atacados con armas de fuego a muy corta distancia, a no más dos (2) metros. Algunos -pocos- fallecieron como consecuencia de las lesiones producidas por el atropello, deliberado, de delincuentes a los que trataban de identificar.
El chaleco antibalas estaba presente en la mayor parte de los casos que estamos conociend

Solo en un caso, un proyectil atravesó la protección balística y esto fue por la evidente capacidad perforante de la munición empleada. Más abajo se podrá ver que en algunos casos se usaron armas largas de guerra, cuya munición, como norma general, no es detenida por el chaleco “medio” de uso policial. En ocho (8) casos, los proyectiles entraron por “huecos” producidos entre el cuerpo del agente y su chaleco, por ejemplo, los hombros o las clavículas. Por los paneles de velcro lateral, que “cierran” la protección, también parece que se “coló” un proyectil.
El arma corta de fuego fue la principal arma empleada contra los funcionarios policiales, siendo los calibres más usados: .38 Special, .40 SW, 9 m/m Parabellum y 9 m/m Corto. En solo 8 casos se usaron armas largas para asesinar a los agentes, siendo los calibres empleados, los que siguen: 5,56 x 45 m/m, .44 Magnum, 5,45 x 39 m/m y cartuchos de caza de los calibres 12 y calibre 20, estos dos últimos en escopeta.
Sobre los presuntos asesinos se sabe que, 32 años de edad, tenían de media y que treinta y seis (36) de ellos tenían a

Ahora, un dato atemporal. Entre el año 1997 y 2006, un total de ciento sesenta y cuatro (164) delincuentes que habían asesinado a Policías, fueron también abatidos. De esa cifra, veinte y nueve (29) fueron alcanzados por los disparos de los propios agentes asesinados, vamos, lo que podríamos definir como puro tiroteo o intercambio de disparos. Otros setenta (70) criminales cayeron por disparos de agentes que acudieron, como apoyo, al lugar donde otro agente había sido abatido. Acabaron suicidándose un total de cincuenta y siete (57) de esos delincuentes, y bajo otras circunstancias, otros ocho (8) perdieron la vida, por ejemplo en accidentes de tráfico durante la huida, con persecución, desde el lugar del asesinato.
Como conclusión final, podemos decir lo de siempre, -lo se, me repito, pero seguro que algún día merecerá la pena- Los enfrentamientos armados casi siempre sorprenden a los agentes, prueba de ello es la, casi constante, distancia de encuentro a dos metros o menos. Otro dato, casi siempre presente en los análisis y estudios, sobre enfrentamientos, es que muchos de los agentes protagonistas no llegan ni a “tocar” su arma, ¿el motivo?...piénsenlo ustedes, seguro que llagan a una acertada conclusión.
Como ya pasó en 2007, con los datos obtenido del LEOKA del FBI, llevar chaleco antibalas NO garantiza sobrevivir a los disparos. En unos casos, los mortales impactos alcanzaron zonas del cuerpo que no están protegidas, y en otros casos, los menos, los chalecos no detienen los proyectiles. Esto último, ocurrirá, casi siempre que el chaleco sea alcanzado por disparos de armas largas rayas recamarazas para cartuchos típicos de armas largas, en el caso que aquí hemos visto, un calibre 5,56x45 m/m OTAN o un 5,45x39 m/m de origen ruso. Existen chalecos que detienen estos y otros proyectiles más potentes, pero no son de uso policial de diario, menos aún de modo interior -bajo el uniforme-■
8 comentarios:
una vez mas.... Ernesto tengo que felicitarte.. un fantástico artículo. sauludos Abel.
Como siempre demostrando tu alta cualificación en el tema. Ojalá la preparación de los agentes españoles estuviese en manos de personal con tu demostrado interés. Esperemos que estos artículos nos sirvan para mejorar nuestra actuación personal y en el fondo que nos "salven el pellejo" llegado el caso.
Saludos y Felices Fiestas al autor y a los lectores.
Gracias AMIGO, otro buen articulo, como te caracteriza, este nos ayuda a quitarnos el antifaz y ver la realidad... que todavia algunos no desean ver, alla ellos!!! Nosotros trataremos de evolucionar en nuestro entrenamiento diario. Gracias una vez mas y Felices Fiestas.
Hola y gracias a los tres: Abel, Poveda y Francisco de Valdeiglesias. Espero que sigan ustedes visitando este sitio.
Feliz Año nuevo 2010.
Veritas Vincit
Está claro que un chaleco antibalas no garantiza el 100% de la supervivencia, pero la comparativa objetiva sería conocer el número total de agentes agredidos con armas de fuego con chaleco y cuantos resultaron muertos. Soy un firme defensor del uso del chaleco, desgraciadamente, entre la falta de dotación oficial, la nula cultura policial de los agentes españoles y lo "cómodos" que son muchos, su uso aunque creciente, no el deseado.
Por otra parte sería necesario el realizar varios cursos de tiro en situaciones reales, pero repito lo dicho sobre los chalecos, las instituciones no quieren y nosotros ya sea por los bajos sueldos que nos permitan acceder a ellos o el desinterés, hace que estemos en el furgón de cola en adiestramiento policial.-
Hola Munifex, antes de nada: gracias por leerme y feliz 2010.
Como ya decía en el artículo, los datos utilizados en su creación, son obtenidos de fuentes tan fiables, y “abiertas”, como el propio FBI. En las tablas de datos y demás información, a la que todos tenemos acceso, en un sitio web oficial, NO aparecen los datos que, con gran acierto, crees necesario recabar. Yo también lo creo.
No obstante, tengo otros datos oficiales. Existe una peculiar asociación en EE.UU., me refiero al “Kevlar Survivors Club”, como su nombre indica, más club que asociación. Se puede, claramente, intuir, que los miembros del K.S.C. lo conforman, mayoritariamente, agentes defensores de la Ley, y además norteamericanos, y que, lógicamente, salvaron la vida gracias a portar un chaleco antibalas en el momento de ser víctima de un ataque grave.
En el mes de septiembre, del año 2009, en este blog me hice “eco” del caso del Sargento Marcus Young, de la Policía de Ukiah (California). En ese texto, por cierto, casi literalmente “descargado” del blog de un amigo, ya se menciona al “Kevlar Survivors Club”, no en vano, el Sargento Young ya forma parte del Club, por suerte para él y su familia.
Marcus Young salvó su vida el 7 de marzo de 2003, y en fechas de enero del 2004 ingresó en la “Kevlar Survivors Club”
Si en 2004, cuando entró a formar parte de esa “hermandad”, era el miembro número 2.751 y hoy, inicios de 2010, hay más de 3.000 miembros, hagamos cálculos. En seis años, más de 250 personas han engrosado las filas del Club, eso son, afortunadamente, muchas personas salvadas por un chaleco. De todos modos, deben existir, solo en USA, muchos más supervivientes, pues en el “Kevlar Survivors Club” se ingresa tras, voluntariamente, dar a conocer el caso concreto, así pues, seguro que hay anónimos supervivientes que no son miembros.
Más datos. El Club se creó en 1987 y hasta hoy, lo conforman más de 3.000 personas. Por lo tanto, esas cifras avalan la teoría de que merece la pena usar chaleco. Yo me sumo a esa idea, aunque admito que no soy habitual usuario de chaleco, y eso que además de disponer de ellos oficialmente, en poco tiempo he recibido dos regalos en “forma” de chaleco.
Un consejo, si disponen de chaleco, úsenlo, el malo jamás les dará tiempo para ir a buscarlo al maletero del patrullero, menos aun a la base.
Veritas Vincit
REALMENTE INTERESANTE!
TE RUEGO VISITES MI BLOG A VER SI TE GUSTA COMPAÑERO. SOLO HAY VIDEOS DE INTERES POLICIAL.
GRACIAS Y SIGUE ASI.
http://videos-de-interes-policial.blogspot.com/
Hola Mario.
Gracias por tus palabras e interés. Acabo de guardar la dirección de tu blog, no lo conocía, pero parece muy bueno. Te aseguro que seré asiduo visitante de él.
Mañana te visito.
Veritas Vincit
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